sábado, 23 de julio de 2011

Soledad.

Un día, te sientas en tu cama, coges el movil... no hay llamadas... y piensas en porqué te sientes así, porque sigues esperando a que te llame si sabes que no lo hará que ni siquiera sabe lo que te pasa...te acurrucas en tu cama, agarras la almohada y comienzas a sentir... Esa sensación de que el mundo te da la espalda, te sientes tan solo que ves la realidad, ves que en verdad no tienes a nadie, solo a ti mismo. Ni siquiera esta ahi esa persona que tu consideras de tu propia sangre, nadie. Tanto que te dicen de que siempre estarán ahí, que no te sientas solo que si te falta una sonrisa ellos te harán reir... pero luego? donde quedaron esas palabras que te decian, esas palabras que tu guardastes en tu corazón y acabaron siendo espinas. En esos momentos es cuando te das cuenta que no puedes confiar en nadie, cuando menos te lo esperas simplemente desaparecen y entonces es cuando empiezas a comerte la cabeza y reflexionas en lo que has hecho, lo que has dicho, ¿ habrá sido culpa tuya? o ¿ realmente no era un amigo?
Solo tú eres el testigo de lo que pasa, te sientes tan impotente... ¿ A quien le explicas tu situación?, ¿ quién comprenderá esa reflexión? Sientes que el mundo se te viene encima, aquella a la que ves por la calle era tu mejor amiga y ahora es esa gran desconocida, como da de vueltas la vida eh? como entender que tienes que ser fuerte y recuperar lo que perdistes... Finalmente, recibes la llamada, sí! esa ta esperada. Se lo explicas hablas con esa persona y ves en ella un cambio de actitud, entonces piensas... por lo menos de eso no tienes la culpa tú. Aún asi haces de todo para que te entienda, le explicas con detalle cada segundo ¿ y su respuesta ? te dice que eso no es verdad, que esta normal que no le pasa nada, que el siempre ha estado ahi para ayudarte cuando llorabas.
¿ Y ahora ? ¿ que haces ? Le dices que vale que eran tonterias tuyas que alomejor no es para tanto... Vuelven las buenas costumbres desde esa conversación, lo llamas y el te presta toda su atención, volveis a tomar las riendas de vuestra relación.
¿ Qué haces en tu cuarto sola ? me pregunto la almohada... -Sigo esperando su llamada.

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